Las temperaturas bajas pueden hacer que llegue el momento en que temamos por nuestra piel. Sabemos que si salimos al clima helado probablemente nuestros labios se partan y nuestra cara presente una especie de grietas ¿por qué el frío causa que nuestra piel se seque?
La infusión más efectiva para combatir los síntomas de la gripe y el resfrío, según una investigación de HarvardEl clima frío trae consigo una serie de cambios en nuestro cuerpo, consecuencia de las respuestas del mismo a su ambiente. Así es que tendemos a comer un poco más para mantener las temperaturas corporales, y algunas partes del cuerpo tratan de conservarse cuando están expuestas a través de ciertos mecanismos circulatorios. En el caso de experimentar climas fríos, nuestra piel también responde ante el fenómeno.
Cuando nos exponemos al frío, la piel se seca. Este fenómeno al que estamos acostumbrados tiene una serie de causas que van acompañadas de estas temperaturas bajas. En el otoño y el invierno se produce una ausencia de humedad, lo cual propicia la sequedad, el enrojecimiento y la descamación. Estos síntomas pueden manifestarse mayormente en las pieles que por naturaleza secas.
¿Por qué nuestra piel se seca con el frío?
Cuando las temperaturas y la humedad bajan, se produce la sequedad cutánea o xerosis, provocada por la alteración del “film hidrolipídico”, una película protectora que constituye una barrera impermeable. Este escudo defiende a la piel de agresiones externas a la misma vez que previene la pérdida de agua por vía transcutánea (piel).
Cuando el frío llega este protector ve disminuida su capacidad protectora a su vez que los vasos capilares presentes en el cutis se contraen, impidiendo que el oxígeno y los nutrientes lleguen adecuadamente a la dermis. Además, las células muertas tienden a acumularse en mayor medida, generando una sensación tirante y áspera.
Las partes del cuerpo que más sufren los climas gélidos
Las partes de nuestro cuerpo que más sufren este tipo de afecciones son aquellas que están más expuestas a las bajas temperaturas y humedad como lo son el rostro y las manos. Los labios por otro lado, tienen mucha tendencia a deshidratarse y en consecuencia se secan y cortan con facilidad.
En el contorno del ojo también pueden producirse irritaciones y sequedad, produciéndose una afección llamada eczema palpebral. Además, el frío y las congestiones invernales pueden provocar que nuestra nariz sufra de esta sequedad, sobre todo en las aletas nasales.